18 enero 2013

Pueblo Garzón.

Ubicado a 30 minutos de José Ignacio y rodeado de viñedos, olivares y huertas orgánicas. Un pueblo de 200 habitantes que conquista europeos y norteamericanos que valoran la belleza en las cosas simples y con historia. 
El pueblo consta de unas 10 manzanas de casas de comienzos del siglo XX que tuvieron su momento de esplendor hace muchísimos años cuando funcionaba un molino, llegaba el ferrocarril a la pequeña estación de estilo portugués y tenía una población de casi dos mil personas.  

En el 2004 el reconocido chef argentino Francis Mallmann se instaló en el antiguo almacén de ramos generales que convirtió en un restaurante y hotel de campo 5 estrellas. El mobiliario está en sintonía con el estilo gastronómico del afamado chef, rústico pero con una impronta creativa y peculiar que invita a quedarse.

A 120 años de su fundación, aquellos pioneros que se instalaron a orillas de un arrollo no imaginaron los diseñadores, chefs, artistas, inversionistas y empresarios mirarían hacia el pueblo buscando sosiego y calma que no les brindan las ciudades que habitan. La monotonía del lugar complementa con los sonidos de la actividad rural y la explotación de granito gris, y también por los nuevos idiomas que se hablan en su única plaza. El inglés pasó a ser un idioma casi oficial en Pueblo Garzón desde que 10 familias del Reino Unido se instalaron definitivamente allí. 

Es un lugar donde el tiempo se ha detenido, para poder disfrutar revivir otra época y valorar los verdaderos placeres de la vida.

Fotos: Felipe Secco.