Una tarde una amiga me llama y me cuenta que un platito antiguo se rompió en lo de su abuela y cuando lo estaba juntando encontró un pedacito con un dibujo que le gustó tanto que me pidió lo convirtiera en un anillo para ella. El pedacito enseguida se perdió pero el concepto quedó y fue así que empezamos a probar como hacer que una porcelana se transforme en una pieza de joyería. Luego de muchos domingos en el taller de Mamama y con la invalorable ayuda del gran tío "Paio", a quién le encantaban este tipo de desafíos, pudimos encontrar una opción que dio lugar a la colección "La hora del té".
A ellos gracias: Paio, emilie y al taller de mamama...
Condesa Matilde de Glimes
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